viernes, 24 de septiembre de 2010

Derechos para las personas, Reglas para los negocios

La Coalición Europea para Justicia Corporativa (CEJC), en inglés European Coalition for Corporate Justice (ECCJ) es una red cooperativa europea formada por más de 250 organizaciones sociales y sindicatos de 15 países europeos enfocados en la responsabilidad social corporativa.

Las empresas europeas causan un gran impacto en las vidas de las personas en todo el mundo. Estas empresas pueden aportar consecuencias positivas, como crear empleo. Sin embargo, también pueden causar efectos negativos sobre las personas y el medio ambiente. Con demasiada frecuencia las empresas actúan irresponsablemente, especialmente en los países del sur, donde en algunos casos contratan mano de obra infantil y destruyen grandes extensiones de bosque.

El Obseravtorio de RSC

El Observatorio de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) es una asociación integrada por organizaciones representativas de la sociedad civil, entre las que se encuentran ONG, sindicatos y organizaciones de consumidores/as. Es una red que fomenta la participación y cooperación entre organizaciones sociales que, desde diferentes puntos de vista, trabajan en Responsabilidad Social Corporativa.

Haz click aquí para más información sobre el observatorio RSC

Importante leer Nuestras demandas

Prestemos especial atención a los Casos de estudio

Tomemos unos minutos recorriendo la exposición de artistas SO-OWE

domingo, 5 de septiembre de 2010

¿Sobrevaloramos la educación?

Demasiadas veces valoramos a las personas por sus títulos universitarios y no por su valía como tal. He leído un artículo llamado: "Una indígena para democratizar la educación peruana" y me ha impresionado hasta el punto de querer compartirlo en el atrio, el lugar donde todos tenemos cabida sin condiciones. Tal vez el título que he puesto a la entrada os parezca pretencioso o incluso engañoso, pero os puedo asegurar que es la que mejor refleja los sentimientos encontrados que me ha provocado la lectura del artículo.
...

Hilaria Supa, una indígena quechuahablante que nunca asistió a la escuela, preside la Comisión de Eduación del Congreso de Perú.

Su vida es una sucesión de logros sin precedentes para su comunidad en Perú y en la mayoría del continente suramericano.


Hilaria Supa ante un cartel de la sede del Congreso (Virgilio Grajeda / IPS)

Hilaria Supa tiene claro lo que hará al frente de esa comisión legislativa: democratizar el sistema educativo peruano, al que define como “excluyente y discriminatorio”, algo de lo que esta antigua campesina del suroriental departamento de Cusco es toda una experta.

Con sus coloridas vestimentas indígenas, Supa se mueve con comodidad por el monumental Palacio Legislativo en el centro histórico de Lima, donde hace pocos años el personal de seguridad probablemente le habría impedido el ingreso, y ahora preside una comisión con el voto unánime de sus miembros. La diputada del Partido Nacionalista Peruano (PNP) enfrenta, sin embargo, las críticas de legisladores del gobernante Partido Aprista Peruano (PAP) y de la Alianza por el Futuro de los grupos que responden al ex presiente Alberto Fujmori, quien cumple una larga condena por corrupción. Alegan que su falta de estudios formales la incapacita para presidir una comisión determinante para fijar el rumbo de la educación del país.

“¿Quiénes me critican?”, preguntó Supa a la periodista en la propia sala donde sesiona la comisión, antes de responderse ella misma: “los doctores que ya ocuparon esta presidencia y no hicieron nada por los pueblos a los que yo represento y que son históricamente marginados. Soy una luchadora social por los derechos de los campesinos pobres y ese título no se consigue en una universidad”.

Supa nació hace 52 años en la comunidad de Huallococha, en la provincia de Anta, a cuatro horas por tierra al noroeste de la ciudad del Cusco, situada a 1.100 kilómetros al sureste de Lima. Desde niña sufrió las vejaciones de los poderosos. Su familia trabaja para un hacendado de la localidad que abusaba de los campesinos.

Recuerda que “no me hice rebelde en un partido político. He vivido en carne propia la marginación por el simple hecho de ser mujer campesina, quechuahablante y pobre“. “Para los de mi condición, la educación está prohibida. Yo he llegado al Congreso por el voto de mis hermanos y hermanas (indígenas) y a ellos represento”, señala Supa.

Por su entusiasmo y energía, Supa se convirtió pronto en una dirigente reconocida en todo el departamento de Cusco, lo que le valió una invitación a la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en Beijing en 1995. Allí llegó también Fujimori “para explicar su plan para supuestamente sacar de la pobreza y de la ignorancia a las mujeres campesinas mediante la planificación familiar. Todos aplaudieron”, relató. “Pero no dijo que el método que usaría era la esterilización forzada”, afirmó.



Recomiendo continuar la lectura en su origen:

Una indígena para democratizar la educación peruana – periodismo humano