domingo, 3 de octubre de 2010

El fascinante mundo de los niños

 
"Yo he venido aquí a hablar de mi libro!" ¿Quién no recuerda aquella expresión de Francisco Umbral en el programa de una Mercedes Milán, por entonces dedicada a un periodismo científico? Un hombre de carácter seco, arrogante, alcanzando la falta de respeto y la grosería, aunque con claridad de palabra y de idea. 

La imagen de una persona dura - para otros amargada - es la que se nos quedó grabada de este "grande" de la literatura contemporánea española, y para mi sorpresa con una sensibilidad inusual, capaz de estremecer corazones y humedecer la más seca de las retinas. Tras aquél férreo caparazón se escondía el "niño Umbral", el que sólo dejaba salir en el silencio de su estudio a pasear por sus folios en blanco, y brincar llenando de vida y ternura las lágrimas negras de una estilográfica encallecida con el pasar de los años.

Éste es el Umbral que yo encontré al sumergirme en una de sus obras más entrañables, Mortal y rosa (1975), escrita tras la muerte de su hijo de seis años, enfermo de leucemia. Acontecimientos incisivos que golpean y desestabilizan, que hieren dejando cicatrices siempre sangrantes...

Una invitación con este fragmento de su obra: ¡dejemos salir a pasear el niño que todos somos! Que corretee por nuestras noches en vela, que desordene el equilibrio de nuestros razonamientos, que rompa con su ajetreo el silencio de nuestra monotonía, y que ahogue nuestros miedos con su inocencia...

"La primera niñez, la época que perdemos de nuestra vida, de la que nunca sabemos nada, sólo se recupera con el hijo, con él vuelve a vivirse. Gracias al hijo podemos asistir a nuestra propia infancia, a nuestro propio nacimiento, y yo miraba aquellos ojos cerrados, aquel llanto rosáceo, y me veía a mí mismo, por fin en el revés del tiempo.

(...) Nunca llevamos a un niño de la mano. Siempre nos lleva él a nosotros, confiarse a su mano, loto que emerge en los estanques de la infancia. El niño nos lleva hasta los reinos de lo pequeño, acude a nuestra propia infancia dormida, nos mete por el sendero más estrecho, transitado sólo por la hormiga, el clavo solitario y la piedra rodadora.

(...) Crueldad y ternura son en él una misma cosa, y destripa el mundo porque lo ama, y sus pasos menudos van tomando posesión del planeta con levedad y amor, porque aunque el niño apenas si le pesa la tierra, es más de la tierra que nosotros, viajeros ya por los aires convencionales de la reflexión y el miedo. Todo lo recibe como si le esperase desde siempre, y puede mirar a los perros y a los gatos frente a frente, lo cual nosotros no hacemos nunca.

(...) Hay una dimensión del hogar que sólo descubre el niño. De la persona descomunal que le toma en brazos, sólo le interesa un botón determinado. Del mar sólo le interesa una concha. Sabe reducir lo enorme a su medida, compendiar el mundo y entenderse con lo inmenso mediante lo pequeño".
¡Hermosa forma de mirar la vida!

7 comentarios:

  1. Conocí su realidad hace 'mil años' y aún así no me gustó nunca su forma de "mirar a los demás"... su arrogancia pudo con mi curiosidad por sus libros, aunque alguna vez sí que leí la columna diaria.

    Tal vez no soy tan imparcial como me parecía a mí misma...

    Agradezco esta "otra mirada" de Umbral. Aunque ya me lo dijo "Él" mucho antes:«Hay que ser como niños, para entrar en el reino de los cielos...»

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  2. No sé quién eres. No sé de dónde vienes. No sé nada de ti. Y no me importa. Porque lo único que me importa es tu palabra. Tu gesto. Tu mirada. Tu horizonte. No te preguntaré de dónde vienes. Sólo te diré gracias. Sólo te rozo, levemente, cómo tú me has rozado. Un abrazo inmensamente niño, Rafa, e inmensamente índigo.

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  3. Bonitas palabras acerca de la infancia.
    Es curioso, pero cuando estás al lado de un niño , te transite esas 'ansias de conocer todo, verlo todo' , que se lee en sus rostros.

    De vez en cuando es bueno recordar que la vida se puede mirar con dos miradas : la de un niño ávido de conocimientos , o , la de un angustiado 'hombre de negocios'...que por mucho dinero que llegue a obtener, nunca será más feliz que el niño´'ávido de conocimientos'.

    Saludos¡¡¡

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  4. Creo que en nuestros ojos siempre queda la "chispa" de la mirada del niño. No sé en las de Indigo y Anahí si permanecen porque no he tenido oportunidad de miraos a los ojos - aunque en vuestras palabras reluce - pero en los tuyos, Mariluz, replandece... ¡y de qué manera!

    Feliz fin de semana a todos. Yo estreno nueva etapa en mi vida... y lo quiero hacer con la mirada del niño, ojalá lo pueda hacer también con el corazón limpio del niño.

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  5. No me cabe duda de que así será, Rafa.

    dos abrazos y un beso

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  6. Estupendo lo que he leido, espero que sea buelo y lo tramita tambien en esa etapa.

    Que la semana que comienza te sea grata!!!!

    Cariños

    "Lo que sabemos es una gota de agua; lo que ignoramos es el océano."
    Isaac Newton

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  7. Hola Abuela Ciber, no, no soy abuelo ni creo que lo vaya a ser, pero soy tío y con eso me conformo. Feliz semana

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